El otro día comentaba el profesor Alfonso Sotelo que uno de cada dos españoles estuvimos pendientes del Gran Premio de Abu Dhabi el pasado domingo. Con casi el 50% de la audiencia, se trata de la tercera carrera más vista de la historia de la Fórmula 1 (http://www.panoramaaudiovisual.com/2010/11/16/uno-de-cada-dos-espanoles-siguieron-el-gp-de-abu-dhabi-en-lasexta/). Y es que todos esperábamos ver, ansiosos, desesperados casi, cómo Fernando Alonso se hacía con el mundial de este año, cómo levantaba el trofeo que lo acreditaba como campeón, cómo Antonio Lobato se… bueno, mostraba su alegría…
Lo tenía casi todo a su favor: una posición relativamente buena en la parrilla de salida (salía 3º), no era necesario que ganara (el 4º puesto le valía, aunque eso sí, siempre que Webber quedara por detrás) y un “novato” que necesitaba ganar y que Alonso no superase la quinta posición. Pero, el mundo de las casualidades es así y, en esta ocasión, el piloto asturiano se topó con todas las que imposibilitaron la gran celebración.
Así que, contra todo pronóstico, Alonso perdía el campeonato y Vettel (el novato) se convertía en el piloto más joven en ganar un mundial con sólo 23 años. Desde luego, fueron decisivos el inesperado safety car (que salió al inicio de la carrera tras el accidente de Schumacher y Luizzi) y la “ayudita” de Renault para frenar a los otros aspirantes, como al propio Alonso (qué casualidad, Red Bull lleva motores de Renault…mmm)
Pero, ¿fue únicamente un cúmulo de casualidades? Debemos recordar que Ferrari optó por seguir la estrategia de Red Bull para Webber, rival directo de Fernando y compañero de equipo de Vettel: entrar en boxes antes que el alemán. Evidentemente, la táctica de la escudería italiana no estaba tan mal planificada, teniendo en cuenta que a quién debían vigilar de cerca era al propio Webber, para evitar que adelantase a Alonso y se perdieran todas las posibilidades de ganar el título ante la pole de Vettel. Sin embargo, las cosas no salieron como pensaban los italianos pues, mientras repostaban, se colocaron, tras Vettel (1º) y Hamilton (2º), Button, Petrov y Rosberg. A todo esto hay que añadir, la dificultad de adelantar en este circuito, que impidió a Fernando escalar los puestos necesarios. ¿Fallo del equipo? ¿Del propio Fernando? He ahí la cuestión que muchos se plantean hoy.
Sea de quien sea la culpa, lo cierto es que ese día, 14 de noviembre, se contrapusieron dos imágenes muy similares, las de las lágrimas de Fernando Alonso y Sebastian Vettel, aunque eso sí, por motivos muy distintos. Alonso no encontraba consuelo tras ver cómo se desvanecía el sueño del tercer campeonato ante la que se presentaba, en un principio, como una carrera fácil y tranquila; Vettel, por su parte, se emocionaba ante su primer título tras una trayectoria meteórica. Quizá por este fiasco, desilusión (por denominarlo de algún modo), Alonso canta por las esquinas la canción de Perales que pone título a esta entrada o tal vez aquella de Luis Miguel que decía “Usted es la culpable, de todas mis angustias y todos mis quebrantos, usted llenó mi vida de dulces inquietudes y amargos desengaños…” dedicada a Ferrari.
Pues la verdad es que creo que fue culpa de Fernando, totalmente. Que lo tiene subidito ultimamente... Saludos
ResponderEliminarPerdona? Cómo que lo tiene subidito? Lo que ha tenido es una mala suerte de cojones este año! Y más en esta última carrera, yo creo claramente que fue una mala estrategia por parte de Ferrari, con ser tan agonías...
ResponderEliminarMe gusta tu blog, trabajé durante un tiempo en la sección de deportes de un medio de comunicación. Fue genial.
ResponderEliminarTe invito a mi blog: lentejuelasconchorizos.blogspot.com en el que saco los colores a todo aquello que pasa por mi vista y mis oídos.
saludos!!
rocio... me encanta como escribes...
ResponderEliminary k sepas k si soy la madrileña.. jejee
ResponderEliminarLa madre que te parió!!! XD
ResponderEliminar