¡Bienvenido a mi blog!

El deporte es hoy una fuente inagotable de información en el mundo comunicativo. No hay diario que no posea su suplemento correspondiente, cadena de televisión que no tenga su espacio oportuno o radio sin programa especializado.

Con este blog se pretende acercar, aún más si cabe, el mundo del deporte al público en general. Así, el último objetivo de este espacio es que, sin necesidad de ser un experto en la materia, se disfrute conociendo algún dato o deporte curioso, leyendo lo último de la Liga española o recordando la biografía de algún deportista histórico.

Sólo me queda, por tanto, darte la bienvenida y que te animes a comentar todo aquello que estimes oportuno. ¡Un saludo!

20 noviembre 2010

De quién será la culpa...

El otro día comentaba el profesor Alfonso Sotelo que uno de cada dos españoles estuvimos pendientes del Gran Premio de Abu Dhabi el pasado domingo. Con casi el 50% de la audiencia, se trata de la tercera carrera más vista de la historia de la Fórmula 1 (http://www.panoramaaudiovisual.com/2010/11/16/uno-de-cada-dos-espanoles-siguieron-el-gp-de-abu-dhabi-en-lasexta/). Y es que todos esperábamos ver, ansiosos, desesperados casi, cómo Fernando Alonso se hacía con el mundial de este año, cómo levantaba el trofeo que lo acreditaba como campeón, cómo Antonio Lobato se… bueno, mostraba su alegría…

Lo tenía casi todo a su favor: una posición relativamente buena en la parrilla de salida (salía 3º), no era necesario que ganara (el 4º puesto le valía, aunque eso sí, siempre que Webber quedara por detrás) y un “novato” que necesitaba ganar y que Alonso no superase la quinta posición.  Pero, el mundo de las casualidades es así y, en esta ocasión, el piloto asturiano se topó con todas las que imposibilitaron la gran celebración.

Así que, contra todo pronóstico, Alonso perdía el campeonato y Vettel (el novato) se convertía en el piloto más joven en ganar un mundial con sólo 23 años. Desde luego, fueron decisivos el inesperado safety car (que salió al inicio de la carrera tras el accidente de Schumacher y Luizzi) y la “ayudita” de Renault para frenar a los otros aspirantes, como al propio Alonso (qué casualidad, Red Bull lleva motores de Renault…mmm)

Pero, ¿fue únicamente un cúmulo de casualidades? Debemos recordar que Ferrari optó por seguir la estrategia de Red Bull para Webber, rival directo de Fernando y compañero de equipo de Vettel: entrar en boxes antes que el alemán. Evidentemente, la táctica de la escudería italiana no estaba tan mal planificada, teniendo en cuenta que a quién debían vigilar de cerca era al propio Webber, para evitar que adelantase a Alonso y se perdieran todas las posibilidades de ganar el título ante la pole de Vettel. Sin embargo, las cosas no salieron como pensaban los italianos pues, mientras repostaban, se colocaron, tras Vettel (1º) y Hamilton (2º), Button, Petrov y Rosberg. A todo esto hay que añadir, la dificultad de adelantar en este circuito, que impidió a Fernando escalar los puestos necesarios. ¿Fallo del equipo? ¿Del propio Fernando? He ahí la cuestión que muchos se plantean hoy.

Sea de quien sea la culpa, lo cierto es que ese día, 14 de noviembre, se contrapusieron dos imágenes muy similares, las de las lágrimas de Fernando Alonso y Sebastian Vettel, aunque eso sí, por motivos muy distintos. Alonso no encontraba consuelo tras ver cómo se desvanecía el sueño del tercer campeonato ante la que se presentaba, en un principio, como una carrera fácil y tranquila; Vettel, por su parte, se emocionaba ante su primer título tras una trayectoria meteórica. Quizá por este fiasco, desilusión (por denominarlo de algún modo), Alonso canta por las esquinas la canción de Perales que pone título a esta entrada o tal vez aquella de Luis Miguel que  decía “Usted es la culpable, de todas mis angustias y todos mis quebrantos, usted llenó mi vida de dulces inquietudes y amargos desengaños…” dedicada a Ferrari.

13 noviembre 2010

Caso Contador

El pasado 30 de septiembre, Alberto Contador daba una rueda de prensa frente a una multitud de medios impresionante para aclarar su supuesto dopaje por clembuterol (y me mantengo en lo de “supuesto” porque aún no hay dictamen claro alguno y quiero confiar en su inocencia) en la última edición del Tour de Francia. Os dejo el vídeo para aquellos que no la vieron o quieran escuchar de la propia boca del ciclista el suceso.



En ella, Contador explicaba el por qué de este positivo ínfimo (0,0000000005 picogramos), defendía a capa y espada la hipótesis contaminación alimenticia y argumentaba su inocencia con la imposibilidad del clembuterol como sustancia para aumentar el rendimiento.



Pues bien, casi medio mes y medio después el caso Contador aún no tiene fallo final y tiene para largo, como afirma el propio presidente de la Federación Española de Ciclismo (FEC) Juan Carlos Castaño. La causa puede alargarse hasta 3 meses y  todo dependerá de las alegaciones que presente el propio Alberto Contador y de las comprobaciones que solicite el Comité de Competición (encargado del proceso) a expertos neutrales para que comprueben la veracidad de las pruebas presentadas. Evidentemente, la carne que comieron los ciclistas ese día es imposible presentarse como prueba crucial para la defensa (¡lógico!), pero lo que sí posee ya el ciclista pinteño es el ticket que acredita que existió ese solomillo de ternera y que fue adquirido justo el día en que el ciclista dio positivo por esa sustancia, el 21 de julio de 2010.

Como dice Juan Gutiérrez en la web de AS, “menudo papelón el de Federación Española” (http://www.as.com/opinion/articulo/menudo-papelon-fec/dasclm/20101110dasdaiopi_12/Tes), ya que ocurra lo que ocurra siempre habrá alguien que critique su postura o acción respecto a este controvertido asunto.

Podium del Tour de Francia 2010, con Alberto Contador como ganador
Sea como sea, Contador confía en un resultado justo y se muestra optimista con el informe elaborado por la Unión Ciclista Internacional (sobre el que se basará la FEC para sentenciar el caso), el cual se centra en la conjetura de la contaminación alimentaria como única explicación razonable, desde un punto de vista científico, para justificar la presencia del clembuterol.

Muchos son ya los profesionales del mundo del deporte los que se han pronunciado al respecto, como Perico Delgado, a quien no le gustaría que el tema tuviera un final feliz, pero “viendo como va el desarrollo del asunto creo que al final le van a sancionar. Un mal menor sería una sanción de seis meses, que sería más que suficiente, aunque le quitarían el Tour de este año”.

Yo, personalmente, estoy de acuerdo con la actuación de las federaciones internacionales en temas de dopaje, es decir, que se sancione a aquellos deportistas que usan métodos poco ortodoxos para conseguir el máximo rendimiento. Pero en casos como el de Contador, donde el porcentaje de sustancia detectada es mínima y existen pruebas clarividentes que demuestran la exculpación del deportista (son causas ajenas), lo no veo yo tan claro. ¿Y si es verdad que el clembuterol es consecuencia de un filete contaminado? ¿Deberían ser tan estrictas las leyes en estas situaciones?

Fuentes: As, Marca

06 noviembre 2010

¡Ay, tonto corazón...!

Hace apenas unos días, justo el pasado jueves 4 de noviembre, el madridista Rubén de la Red anunciaba entre lágrimas su retirada de los terrenos de juego como futbolista para convertirse en entrenador. Un problema de corazón aún sin concretar y que parece “un virus que afectó una parte del miocardio”, es la causa de que una gran promesa como era De la Red, quedase incapacitado para competir durante dos años, desde aquel 30 de octubre de 2008 en el que se desplomase de manera repentina ante el Real Unión en un partido de Copa del Rey. Y sólo tiene 25 años.



Tampoco hace mucho era noticia Miguel García, jugador de la U.D. Salamanca que se caía a plomo sobre el césped tras fallarle, por segunda vez, su corazón. Por suerte, los médicos del campo lograron reanimarle y salvarle la vida a sus 31 años.
Al recordar estos casos, seguro que se nos viene a la memoria nombres como Antonio Puerta o Dani Jarque (fallecidos en 2007 y 2009, respectivamente) y nos preguntamos cómo es posible que deportistas jóvenes, cuya forma física debería ser excepcional y que son sometidos a exámenes médicos periódicamente puedan morir así, sin una razón inexplicable aparentemente. Nos encontramos ante lo que los especialistas denominan “muerte súbita”.
Todos ellos coinciden en que los afectados sufren alguna afección cardíaca congénita o que poseen antecedentes familiares que desaconsejan la práctica deportiva. Se trata de casos muy excepcionales y poco frecuentes, aunque eso sí, con mucho impacto mediático y en los que el deporte no tiene nada que ver, pues éste únicamente resulta inadecuado en personas enfermas.
Las últimas estadísticas hablan de que entre uno y dos deportistas menores de 35 años por cada 200.000 ó 300.000 sufren algún episodio de este tipo cada año. Tampoco se sabe a ciencia cierta, pero se intuye, que el fútbol no es un deporte de mayor riesgo cardíaco que el resto. Sin embargo, hay más casos porque es el más practicado y, sobre todo, porque la muerte de un futbolista tiene una repercusión mediática mucho mayor que la de un atleta popular, por poner un ejemplo. De hecho, son muchos los deportistas de otras disciplinas los que, desgraciadamente, mueren durante un entrenamiento (el decatleta Ismael González, de 25 años en abril de este 2010) o se ven obligados a retirarse (como el baloncestista argentino de la NBA Fabricio Oberto, hace unos días).
¿Qué hacer entonces ante esta situación? En los últimos años (me temo que a base de mal) se ha mejorado en la detección de estas patologías. Por ejemplo, desde 2007 en España, y a propuesta de la Liga de Fútbol Profesional, todos los campos de fútbol de Primera y Segunda División deben contar con un desfibrilador que permita recuperar el ritmo del corazón a través de impulsos eléctricos y que devolvió a la vida a un Miguel García inconsciente. De lo que se quejan desde la Sociedad Europea de Cardiología es que, a pesar de esta preventiva, aún siguen siendo muchos (médicos y deportistas profesionales o no) los que restan importancia a las pruebas que revelan la posibilidad de padecer alguna enfermedad relacionada con el corazón.
Al margen de la detección precoz el mensaje de los especialistas es claro: evitar la alarma social y, al mismo tiempo, concienciar a los deportistas enfermos de la gravedad de la situación, de que más vale abandonar el deporte que arriesgar la vida y no sudar la camiseta en vano.

Fuentes: El País

01 noviembre 2010

Guapas y periodistas

Mucho se ha escrito, analizado e, incluso, investigado, sobre el papel que tenemos las mujeres en el mundo del periodismo. Más concretamente en el ámbito deportivo.
Cada vez somos más a las que nos gustan los deportes, no sólo verlos (que también) sino hablar, polemizar y discutir sobre ellos con los amigos o en la barra de un bar, por ejemplo.
Hoy día, no resulta raro que una mujer presente la sección de deportes en un informativo, firme un artículo sobre motociclismo o comente partidos de fútbol a pie de campo. Desde luego, ya no nos encontramos con una visión periodística plena y exclusivamente masculina (¡claro que no, estaría bueno!), sino que estamos consiguiendo adentrarnos en un ambiente considerado machista por definición, gracias a que muchas otras han sudado la camiseta por nosotras hace tiempo. Pero, ¿hemos conseguido superar todas las barreras impuestas hasta hoy o se trata únicamente de una apariencia de cara a la opinión pública? Nuestras “chicas de los deportes” son todas guapas, altas, jóvenes… y con talento, por supuesto, que no se pone en duda. De hecho, no hace mucho encontraba este artículo en el que hablaban del “EFECTO CARBONERO”. En él, Ainhoa Arbizu, Karina Kvasniova o la propia Sara Carbonero defienden su vocación por encima de este perfil actual que parecen seguir las periodistas deportivas.
Este nuevo canon que impera no se ciñe únicamente a España, ni mucho menos. Georgie Thompson, Melissa Theuriau, Erin Andrews o Inés Sainz (norteamericana, francesa, británica y mexicana, respectivamente) son también guapas, periodistas… y se dedican a los deportes. Bien es cierto que todas ellas trabajan en televisión, es decir, de cara al público. ¿Significa esto que para dedicarme a la información deportiva y salir en televisión debo ser atractiva y/o estar de buen ver? ¿Se trata de un implícito no lícito? ¿Acaso no hay mujeres capacitadas para ejercer esta profesión y que no ven su oportunidad o trabajan de manera más secundaria por no entrar en el perfil?
Por desgracia, la imagen es muy importante en televisión, por lo que las cadenas buscan presentadores (hombres y mujeres) atractivos. La mujer vende de tal manera que puede llegar, incluso, a ser crucial a la hora de aumentar audiencias.
Sinceramente, me gustaría pensar que no es así, que se trata de una simple casualidad y que con ellas no se cumple el refrán de “la suerte de la fea, la guapa la desea”.