"Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor" (Juan Manuel Fangio, piloto de Fórmula 1, 1911-1995)
¡Bienvenido a mi blog!
El deporte es hoy una fuente inagotable de información en el mundo comunicativo. No hay diario que no posea su suplemento correspondiente, cadena de televisión que no tenga su espacio oportuno o radio sin programa especializado.
Con este blog se pretende acercar, aún más si cabe, el mundo del deporte al público en general. Así, el último objetivo de este espacio es que, sin necesidad de ser un experto en la materia, se disfrute conociendo algún dato o deporte curioso, leyendo lo último de la Liga española o recordando la biografía de algún deportista histórico.
Sólo me queda, por tanto, darte la bienvenida y que te animes a comentar todo aquello que estimes oportuno. ¡Un saludo!
Más de uno nos estamos preguntando cómo acabará la historia de si se jugarán finalmente los partidos previstos para el próximo domingo 2 de enero (por cierto, MI CUMPLEAÑOS!) con todo el lío este de si corresponde todavía a vacaciones de los jugadores. Estos afirman que no fue hasta el pasado 21 de diciembre cuando tuvieron constancia de que era ese día cuando se reiniciaba la Liga tras el parón navideño, mientras que desde la LFP sostienen que el calendario liguero 2010-2011 se aprobó de forma unánime en julio y que, por tanto, no los pilla por sorpresa. ¡Todo un tangai!
Como ambas partes no han conseguido a día de hoy llegar a un acuerdo, será la Audiencia Nacional quien decida finalmente qué ocurrirá. Nos encontramos ante un conflicto peliagudo, en el que yo, sinceramente, no sé por qué posición decantarme. Por una parte veo justo que los jugadores exijan lo estipulado en su momento y que quieran retrasar toda la jornada al lunes, pero, por otro, también veo lógica la postura de la LFP al mantener las fechas fijadas, ya que supondría retrasar toda la liga tres semanas más tarde de lo previsto. A todo esto, hay que sumar la guerra interna que supone la emisión televisiva de los partidos, pues no les conviene que se jueguen todos el mismo lunes (¿qué pasa con aquellas cadenas que hayan adquirido encuentros tanto del domingo como del lunes?).
Sin duda, se trata de una pugna en la que están involucrados muchos intereses. ¿Qué pensais al respecto?
Quizás no sea el blog más visitado, ni tampoco el más original o el más puntero de la red. Posiblemente, para muchos, pase desapercibido y ni siquiera sepan que existe o quién cojones es la que lo escribe (una tal Rocío Sánchez Narvaéz, pone al final de cada entrada). Por eso, os quiero dar las GRACIAS (así, con mayúsculas, que para eso es Navidad) a todos y cada uno de vosotros que ha dejado un comentario, me ha dicho "Oye, ¡me gusta tu blog!", se ha reído con alguna de mis ocurrencias, ha respondido alguna encuesta o, simplemente, se ha detenido, aunque sea instante, en leerlo. De verdad, me hace muchísima ilusión ver cómo algo tan mío consigue llegar a unos pocos. Así que, como decía esa canción de Lina Morgan (sí, vale? me gustaba esa mujer) "agradecida e ilusionada, solamente puedo decir gracias por veniiiiir". De nuevo, mil gracias y Felices Fiestas!!
Hoy lo he flipado, literalmente. Estaba viendo la tele, concretamente el telediario de La 1, (el parte como diría mi abuelo) cuando veo que sale la Paris Hilton. La verdad es que no estaba prestando mucha atención (esta mujer, sinceramente no me causa ninguna curiosidad informativa) hasta que escuché algo de “equipo”, “motos”, “125 cc” y “Supermartxé”… Estas cuatro palabras, más el nombre de Paris Hilton, no podían encajar todas juntas en una misma frase y, claro, captó mi atención. Di volumen al televisor y… ¡Tachán! Lo más estridente que se puede servir en información deportiva.
Resulta que la tipa esta (algunos medios la califican como “estrella mediática”, definición que comparto únicamente en cuanto a excentricidad se refiere) ha montado un equipo de motociclismo con esos millones que le sobran a la pobre (y una suplicando por una beca al ministerio…) que competirá el próximo año. ¡Dios mío! ¿A qué estamos llegando? Lo mejor era ella en la presentación, enfundada en un mono rosa chicle con brillantes y enseñando las lolas entre dos motos también rosas, mientras prometía que, si ganaban, se irían todos juntos de fiesta… ¡Surrealista total! Esto supera lo del Tuenti Racing sin duda, que también me dejó anonadada en su momento.
A ver, no es que me resulte tan extraño que un famoso se involucre en el mundo del deporte (sin ir más lejos y sin salirnos del terreno de las motos, Antonio Banderas) pero que sea esta personaja…supera mis expectativas, en serio. Bueno, y que sean pilotos españoles… dato más que curioso, diría yo. Sergio Gadea y Maverick Viñales son los elegidos para tal proyecto, el “Supermartxé Aprilia”. El nombre tiene cierto toque, aunque más que el nombre de un equipo, te dan ganas de irte de fiesta a Ibiza.
En fin, no quería dejar pasar el día (aunque ya voy tarde) sin hacer mención a esta noticia y dejaros con unas imágenes, por si hay todavía alguno que no se ha enterado o tenga curiosidad por ver cómo serán las Aprilia RSA 2011 (cari color rosa, por favor!).
A más de uno nos ha sorprendido hoy la noticia con la que muchos informativos abrían su edición del mediodía: la detención de la atleta Marta Domínguez por suministrar, supuestamente, sustancias ilegales a otros atletas.
Sin duda, se trata de un nuevo golpe a la credibilidad del deporte español, que yo no pongo en absoluto en duda, en lo que llevamos de año (caso Contador). Y más cuando su “protagonista” es en esta ocasión Marta.
Considerada por muchos como el emblema del atletismo español por su impecable currículum, actual vicepresidenta de la Federación de Atletismo y nominadaa los premios Príncipe de Asturias en dos ocasiones (2009 y 2010), el año pasado mismo conseguía en Berlín uno de sus mayores sueños: ser campeona del mundo en los 3.000 obstáculos. Además, en su haber constan 15 medallas que ha ido colgando año tras año desde su debut en 1993. Por eso, aún no resulta creíble que una deportista con semejante trayectoria se vea involucrada en un asunto como este. De hecho, muchos compañeros como Manuel Martínez (capitán de la selección española de atletismo), Fermín Cacho (el que fuera oro olímpico en 1.500) o Chema Martínez (subcampeón europeo en maratón) han confesado haberse quedado petrificados ante la noticia, coincidiendo en ser prudentes y apostar por la presunción de inocencia a la que toda persona tiene derecho.
Personalmente, me ha llamado mucho la atención unas declaraciones de Manuel Martínez con respecto al tema del dopaje en el deporte. En la página de www.rtve.es se puede leer: Martínez reconoció que deportes como el atletismo o el ciclismo siempre están “más expuestos” a la posibilidad de que algún deportista pueda caer en el dopaje “porque en ambos se lleva el cuerpo al límite de su resistencia y las tentaciones son mayores, porque conseguir una mejora se refleja más en un deporte individual que en el colectivo, donde también cuenta la técnica y el bloque”. Evidentemente, creo (o quiero pensar) que este hombre no trata de justificar el uso de sustancias sospechosas, pero, sin duda, refleja la realidad más latente del mundo de la competición deportiva: las tentaciones, quizá las circunstancias, que llevan a un deportista de élite a verse inmerso en el dopaje (ya sea como consumidor o suministrador).
Sea, como sea, lo cierto es que sobre la figura hasta ahora intachable de Marta Domínguez, planea la sombra de una acusación tan grave como a la que se enfrenta.
Qué no, oye. Ni habernos consagrado como la mejor selección del mundo ha servido para que la Candidatura Ibérica de los Mundiales 2018-2022 consiguiese ser elegida el pasado día 2. A mi parecer, España y Portugal presentaban una candidatura bastante correcta. Por ejemplo, era la que menos inversión requería (frente a los 2 millones estimados por nosotros, la más alta oscilaba cerca de 4), una de las que más entradas ofrecía a la venta gracias al aforo de los estadios propuestos o la que con mayor capacidad hotelera contaba. Pero todo esto no ha parecido suficiente a Blatter y sus coleguitas de la FIFA. ¡Noooo! Ellos han preferido los petrodólares y otros “factores político-económicos” a la calidad que nosotros ofrecíamos.
Rusia 2018 y Qatar 2022... ¿Quién lo iba a decir?
Estaba claro que intereses más allá de los futbolísticos influirían en la decisión final, pero a una siempre le queda esa poquita de ilusión que le hace pensar, soñar casi, con un partido mundialista disputado en el Santiago Bernabeu por ejemplo (ya que confesé mi merenguismo en la anterior entrada… ¡de perdidos al río, oiga!) o ver resucitado en una nueva figura el espíritu del mítico Naranjito. Me quedo con las ganas, joer.
Pero vamos, no soy yo la única indignada con el fallo final. ¡Ni mucho menos! Somos bastantes los que nos quejamos de esta determinación, sobre todo en lo que respecta a esos factores que mencionaba anteriormente. Os dejo el siguiente enlace:
Como bien señala Xavier Enseyat estos son los Mundiales del gas y el petróleo, dejando en evidencia que tiran más dos tetas que dos carretas (entiéndase en este caso que las dos tetas estarían encarnadas por el dinero, el lucro y el poder).
Momento del anuncio oficial de las nuevas sedes, Qatar y Rusia
Era el momento de restregar a todos esos que piensan que no somos capaces de organizar un Mundial del copón porque no estamos preparados, no sabemos, no tenemos infraestructuras o Dios sabe qué cosa, que sí, que España (y Portugal, que no debemos olvidarla) defendía su candidatura porque nos vemos capacitado para ello. Pero claro, por mucha pasión que pongamos, si en el momento en el que la necesitamos Europa nos da la espalda, vamos apañados.
En fin, que para variar nos ha dado un varapalo, un gancho de boxeo donde más duele, dejando a Villar, a la Candidatura Ibérica y a todos los que esperábamos ansiosos que el sobre se abriera con España-Portugal con más palos que a una estera.
Sé que como periodista estoy faltando al principio básico de objetividad y quizá también al de la ética deontológica, pero es que ESTOY HASTA LOS HUEVOS (con perdón) del cachondeíto del clásico 2010. No veas la que están dando los culés. Nada más finalizar el partido, ¡venga fotos del partido en Tuenti! ¡Venga mensajitos de felicitación entre unos y otros! ¡Venga manita…! Por favor…
Sí, me confieso seguidora del Real Madrid y, como tal, me ha dado una rabia horrible esos cinco goles. De hecho, antes de ponernos a ver el partido después de clase, hablé por teléfono con mi hermana y me comentó el resultado. Dos cero ya. ¡Me cago en tó lo que se menea! Y ya viéndolo en directo (por Internet, de manera un poco interrumpida) ya es que se me quitaron las ganas de todo. Vale, que sí, que el Madrid jugó de puta pena (con perdón otra vez), que no se nos vio para nada y que fue un monólogo del Barça, pero que casi dos días después, se sigan regocijándose en su victoria… Eso ya me toca la moral, sinceramente. También es verdad que esto es un país libre y cada cual puede celebrar lo que le dé la gana como le venga en gana, pero una cosa es eso y otra bien distinta es echar mierda encima (ya ni pido perdón, ea) como están haciendo la mayoría de hinchas del Barcelona. Que parece que no saben ya ni ganar…
Ojo que con estas declaraciones no quiero meter a todo el mundo en el mismo saco, que hay quienes se alegran de la victoria de su equipo (como es normal y como hubiera hecho yo en el caso contrario) y punto. Hombre, las peleíllas, el pique, son la base esencial del fútbol y lo que le da vida, pero hay que saber comedirse y saber estar. Será que también yo me encuentro, en esta ocasión, en la parte menos agraciada y me siento dolida por ello, pero creo que cualquiera (ajena al fútbol o no) se está dando cuenta de lo porculeros que están llegando a ser. Si no, juzguen por ustedes mismos y observen la fotografía. Fue tomada en Cádiz ayer mismo por Jaime Estundillo. Tiene su gracia, hay que reconocerlo.
Y pido perdón de nuevo, ya por última vez, por si alguien pueda sentirse aludido por el título de esta entrada (de verdad que no quiero ganarme enemigos, ¡lo juro!) pero me ha salido del alma y, ¡coña, para eso es mi blog!
El otro día comentaba el profesor Alfonso Sotelo que uno de cada dos españoles estuvimos pendientes del Gran Premio de Abu Dhabi el pasado domingo. Con casi el 50% de la audiencia, se trata de la tercera carrera más vista de la historia de la Fórmula 1 (http://www.panoramaaudiovisual.com/2010/11/16/uno-de-cada-dos-espanoles-siguieron-el-gp-de-abu-dhabi-en-lasexta/). Y es que todos esperábamos ver, ansiosos, desesperados casi, cómo Fernando Alonso se hacía con el mundial de este año, cómo levantaba el trofeo que lo acreditaba como campeón, cómo Antonio Lobato se… bueno, mostraba su alegría…
Lo tenía casi todo a su favor: una posición relativamente buena en la parrilla de salida (salía 3º), no era necesario que ganara (el 4º puesto le valía, aunque eso sí, siempre que Webber quedara por detrás) y un “novato” que necesitaba ganar y que Alonso no superase la quinta posición. Pero, el mundo de las casualidades es así y, en esta ocasión, el piloto asturiano se topó con todas las que imposibilitaron la gran celebración.
Así que, contra todo pronóstico, Alonso perdía el campeonato y Vettel (el novato) se convertía en el piloto más joven en ganar un mundial con sólo 23 años. Desde luego, fueron decisivos el inesperado safety car (que salió al inicio de la carrera tras el accidente de Schumacher y Luizzi) y la “ayudita” de Renault para frenar a los otros aspirantes, como al propio Alonso (qué casualidad, Red Bull lleva motores de Renault…mmm)
Pero, ¿fue únicamente un cúmulo de casualidades? Debemos recordar que Ferrari optó por seguir la estrategia de Red Bull para Webber, rival directo de Fernando y compañero de equipo de Vettel: entrar en boxes antes que el alemán. Evidentemente, la táctica de la escudería italiana no estaba tan mal planificada, teniendo en cuenta que a quién debían vigilar de cerca era al propio Webber, para evitar que adelantase a Alonso y se perdieran todas las posibilidades de ganar el título ante la pole de Vettel. Sin embargo, las cosas no salieron como pensaban los italianos pues, mientras repostaban, se colocaron, tras Vettel (1º) y Hamilton (2º), Button, Petrov y Rosberg. A todo esto hay que añadir, la dificultad de adelantar en este circuito, que impidió a Fernando escalar los puestos necesarios. ¿Fallo del equipo? ¿Del propio Fernando? He ahí la cuestión que muchos se plantean hoy.
Sea de quien sea la culpa, lo cierto es que ese día, 14 de noviembre, se contrapusieron dos imágenes muy similares, las de las lágrimas de Fernando Alonso y Sebastian Vettel, aunque eso sí, por motivos muy distintos. Alonso no encontraba consuelo tras ver cómo se desvanecía el sueño del tercer campeonato ante la que se presentaba, en un principio, como una carrera fácil y tranquila; Vettel, por su parte, se emocionaba ante su primer título tras una trayectoria meteórica. Quizá por este fiasco, desilusión (por denominarlo de algún modo), Alonso canta por las esquinas la canción de Perales que pone título a esta entrada o tal vez aquella de Luis Miguel que decía “Usted es la culpable, de todas mis angustias y todos mis quebrantos, usted llenó mi vida de dulces inquietudes y amargos desengaños…” dedicada a Ferrari.
El pasado 30 de septiembre, Alberto Contador daba una rueda de prensa frente a una multitud de medios impresionante para aclarar su supuesto dopaje por clembuterol (y me mantengo en lo de “supuesto” porque aún no hay dictamen claro alguno y quiero confiar en su inocencia) en la última edición del Tour de Francia. Os dejo el vídeo para aquellos que no la vieron o quieran escuchar de la propia boca del ciclista el suceso.
En ella, Contador explicaba el por qué de este positivo ínfimo (0,0000000005 picogramos), defendía a capa y espada la hipótesis contaminación alimenticia y argumentaba su inocencia con la imposibilidad del clembuterol como sustancia para aumentar el rendimiento.
Pues bien, casi medio mes y medio después el caso Contador aún no tiene fallo final y tiene para largo, como afirma el propio presidente de la Federación Española de Ciclismo (FEC) Juan Carlos Castaño. La causa puede alargarse hasta 3 meses y todo dependerá de las alegaciones que presente el propio Alberto Contador y de las comprobaciones que solicite el Comité de Competición (encargado del proceso) a expertos neutrales para que comprueben la veracidad de las pruebas presentadas. Evidentemente, la carne que comieron los ciclistas ese día es imposible presentarse como prueba crucial para la defensa (¡lógico!), pero lo que sí posee ya el ciclista pinteño es el ticket que acredita que existió ese solomillo de ternera y que fue adquirido justo el día en que el ciclista dio positivo por esa sustancia, el 21 de julio de 2010.
Podium del Tour de Francia 2010, con Alberto Contador como ganador
Sea como sea, Contador confía en un resultado justo y se muestra optimista con el informe elaborado por la Unión Ciclista Internacional (sobre el que se basará la FEC para sentenciar el caso), el cual se centra en la conjetura de la contaminación alimentaria como única explicación razonable, desde un punto de vista científico, para justificar la presencia del clembuterol.
Muchos son ya los profesionales del mundo del deporte los que se han pronunciado al respecto, como Perico Delgado, a quien no le gustaría que el tema tuviera un final feliz, pero “viendo como va el desarrollo del asunto creo que al final le van a sancionar. Un mal menor sería una sanción de seis meses, que sería más que suficiente, aunque le quitarían el Tour de este año”.
Yo, personalmente, estoy de acuerdo con la actuación de las federaciones internacionales en temas de dopaje, es decir, que se sancione a aquellos deportistas que usan métodos poco ortodoxos para conseguir el máximo rendimiento. Pero en casos como el de Contador, donde el porcentaje de sustancia detectada es mínima y existen pruebas clarividentes que demuestran la exculpación del deportista (son causas ajenas), lo no veo yo tan claro. ¿Y si es verdad que el clembuterol es consecuencia de un filete contaminado? ¿Deberían ser tan estrictas las leyes en estas situaciones?
Hace apenas unos días, justo el pasado jueves 4 de noviembre, el madridista Rubén de la Red anunciaba entre lágrimas su retirada de los terrenos de juego como futbolista para convertirse en entrenador. Un problema de corazón aún sin concretar y que parece “un virus que afectó una parte del miocardio”, es la causa de que una gran promesa como era De la Red, quedase incapacitado para competir durante dos años, desde aquel 30 de octubre de 2008 en el que se desplomase de manera repentina ante el Real Unión en un partido de Copa del Rey. Y sólo tiene 25 años.
Tampoco hace mucho era noticia Miguel García, jugador de la U.D. Salamanca que se caía a plomo sobre el césped tras fallarle, por segunda vez, su corazón. Por suerte, los médicos del campo lograron reanimarle y salvarle la vida a sus 31 años.
Al recordar estos casos, seguro que se nos viene a la memoria nombres como Antonio Puerta o Dani Jarque (fallecidos en 2007 y 2009, respectivamente) y nos preguntamos cómo es posible que deportistas jóvenes, cuya forma física debería ser excepcional y que son sometidos a exámenes médicos periódicamente puedan morir así, sin una razón inexplicable aparentemente. Nos encontramos ante lo que los especialistas denominan “muerte súbita”.
Todos ellos coinciden en que los afectados sufren alguna afección cardíaca congénita o que poseen antecedentes familiares que desaconsejan la práctica deportiva. Se trata de casos muy excepcionales y poco frecuentes, aunque eso sí, con mucho impacto mediático y en los que el deporte no tiene nada que ver, pues éste únicamente resulta inadecuado en personas enfermas.
Las últimas estadísticas hablan de que entre uno y dos deportistas menores de 35 años por cada 200.000 ó 300.000 sufren algún episodio de este tipo cada año. Tampoco se sabe a ciencia cierta, pero se intuye, que el fútbol no es un deporte de mayor riesgo cardíaco que el resto. Sin embargo, hay más casos porque es el más practicado y, sobre todo, porque la muerte de un futbolista tiene una repercusión mediática mucho mayor que la de un atleta popular, por poner un ejemplo. De hecho, son muchos los deportistas de otras disciplinas los que, desgraciadamente, mueren durante un entrenamiento (el decatleta Ismael González, de 25 años en abril de este 2010) o se ven obligados a retirarse (como el baloncestista argentino de la NBA Fabricio Oberto, hace unos días).
¿Qué hacer entonces ante esta situación? En los últimos años (me temo que a base de mal) se ha mejorado en la detección de estas patologías. Por ejemplo, desde 2007 en España, y a propuesta de la Liga de Fútbol Profesional, todos los campos de fútbol de Primera y Segunda División deben contar con un desfibrilador que permita recuperar el ritmo del corazón a través de impulsos eléctricos y que devolvió a la vida a un Miguel García inconsciente. De lo que se quejan desde la Sociedad Europea de Cardiología es que, a pesar de esta preventiva, aún siguen siendo muchos (médicos y deportistas profesionales o no) los que restan importancia a las pruebas que revelan la posibilidad de padecer alguna enfermedad relacionada con el corazón.
Al margen de la detección precoz el mensaje de los especialistas es claro: evitar la alarma social y, al mismo tiempo, concienciar a los deportistas enfermos de la gravedad de la situación, de que más vale abandonar el deporte que arriesgar la vida y no sudar la camiseta en vano.
Mucho se ha escrito, analizado e, incluso, investigado, sobre el papel que tenemos las mujeres en el mundo del periodismo. Más concretamente en el ámbito deportivo.
Cada vez somos más a las que nos gustan los deportes, no sólo verlos (que también) sino hablar, polemizar y discutir sobre ellos con los amigos o en la barra de un bar, por ejemplo.
Hoy día, no resulta raro que una mujer presente la sección de deportes en un informativo, firme un artículo sobre motociclismo o comente partidos de fútbol a pie de campo. Desde luego, ya no nos encontramos con una visión periodística plena y exclusivamente masculina (¡claro que no, estaría bueno!), sino que estamos consiguiendo adentrarnos en un ambiente considerado machista por definición, gracias a que muchas otras han sudado la camiseta por nosotras hace tiempo. Pero, ¿hemos conseguido superar todas las barreras impuestas hasta hoy o se trata únicamente de una apariencia de cara a la opinión pública? Nuestras “chicas de los deportes” son todas guapas, altas, jóvenes… y con talento, por supuesto, que no se pone en duda. De hecho, no hace mucho encontraba este artículo en el que hablaban del “EFECTO CARBONERO”. En él, Ainhoa Arbizu, Karina Kvasniova o la propia Sara Carbonero defienden su vocación por encima de este perfil actual que parecen seguir las periodistas deportivas.
Este nuevo canon que impera no se ciñe únicamente a España, ni mucho menos. Georgie Thompson, Melissa Theuriau, Erin Andrews o Inés Sainz (norteamericana, francesa, británica y mexicana, respectivamente) son también guapas, periodistas… y se dedican a los deportes. Bien es cierto que todas ellas trabajan en televisión, es decir, de cara al público. ¿Significa esto que para dedicarme a la información deportiva y salir en televisión debo ser atractiva y/o estar de buen ver? ¿Se trata de un implícito no lícito? ¿Acaso no hay mujeres capacitadas para ejercer esta profesión y que no ven su oportunidad o trabajan de manera más secundaria por no entrar en el perfil?
Por desgracia, la imagen es muy importante en televisión, por lo que las cadenas buscan presentadores (hombres y mujeres) atractivos. La mujer vende de tal manera que puede llegar, incluso, a ser crucial a la hora de aumentar audiencias.
Sinceramente, me gustaría pensar que no es así, que se trata de una simple casualidad y que con ellas no se cumple el refrán de “la suerte de la fea, la guapa la desea”.